Diálogo

 Un joven cualquiera en los años 60, se va a la guerra a ponerse a prueba. Consigue no tener que arriesgar su vida en la batalla, pero a cambio de ser explotado por el general. Le tiene repartiendo pan y amenazado. 

Años mas tarde...

(Dos amigos están tomando algo en una cafetería).

LUIS: ¡Hombre Pepe! te veo muy bien.

PEPE: ¡Luis! ¿Qué tal? 

LUIS: Pues por aquí, en busca de trabajo, ya sabes cuanto más mayor eres, menos oportunidades. ¿Tú que tal?

PEPE: Muy bien, aquí tomando algo con un amigo.

(silencio)

EDUARDO (se levanta de la mesa): Hola soy Eduardo, encantado de conocerle.

LUIS: Ya, creo que te recuerdo, eres el panadero de la guerra, el que no me ayudó.

EDUARDO: ¿Es usted el joven que vino a pedirme ayuda cunado me iba? Créeme le salvé la vida Luis.

PEPE: A ver a ver, ¿Qué guerra?, ¿Qué vida? ¿Qué decís?.

EDUARDO: Justo a la hora en la que yo tenía que irme de la guerra llegó un chico con algo de miedo.

LUIS: Con algo de miedo no, yo llegué muy asustado era un crío. 

EDUARDO: Bueno pues llegó muy asustado. Y me pidió un favor, que le cediera mi puesto, porque yo era el panadero que trabajaba para el general, entonces no tenía que luchar.

LUIS: Si vamos que era el enchufado.

EDUARDO: A ver Luis ¿me dejas contarlo?, todo tiene una explicación. Sigo... Yo sabía, porque lo estaba viviendo, que la vida de ese joven chico iba a estar más a salvo en la batalla.

LUIS: Madre mía lo que hay que escuchar. ¿A ti te parece esto normal Pepe?¿Cómo iba a estar mas seguro en la batalla? (ríe)

PEPE: A ver Luis ¡déjalo que acabe de contar la historia! 

EDUARDO: Gracias Pepe, pues sí tu vida estaba más segura por eso te dije que no, porque el general me tenía amenazado con enviarme a la peor guerra si decía algo, y lo que le esperaba al siguiente que fuera repartidor sería un infierno.

PEPE: Bueno pues parece que sí, que Eduardo te salvó la vida. O por lo menos hizo que tu juventud no fuera un trauma.

LUIS: Ya claro.

PEPE: A ver si los dos estáis mal de dinero porqué no dejáis el pasado atrás y empezáis un negocio juntos. 

LUIS: Yo con este no hago nada y menos si se trata de dinero.

EDUARDO: Siento decirte Luis que te comportas como un niño pequeño, es una buena idea. 

LUIS: Tengo que pensarlo muchísimo.

PEPE: Bueno pues piénsalo y nos dices, pero el dinero lo necesitáis.

LUIS: Vale lo hacemos.

EDUARDO: ¡Perfecto! Tendremos nuestro pequeño negocio.

LUIS: Lo haremos de libros antiguos.

EDUARDO: ¿Qué? Nadie los querrá.

PEPE: A ver Eduardo cede un poco, podéis probar que tal, y si no va bien cambiáis.

EDUARDO: Está bien...


Luis y Eduardo por fin se han amigado y tienen dinero para capricho, porque el negocio les ha ido genial.

 

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